El día de la suegra

Por Natalia Carrizosa

Este domingo, en miles de hogares colombianos, las mujeres con hijos pequeños respiran profundo. Tendrán que armarse de paciencia para que todo no termine en trifulca. El portaretratos decorado con pasta cruda que suelen recibir, les recorda que les espera un largo domingo en casa de la suegra.

Como es el día de la suegra, han estado preparándose con anticipación. Le compraron un buen perfume o una pashmina o cualquier otro bien suntuario y terminaron la carta o la manualidad que sus hijos se aburrieron de pintar a los 2 minutos.

Como es el día de la suegra, fue ella quien decidió la comida de los festejos, que suele ser un menú complicado de más de tres platos para descrestar a toda la familia. Las mujeres con hijos, que lo que quisieran es descansar en ese día, tendrán que arremangarse y ayudar en la cocina. Y aceptar dóciles las directivas de la suegra.

Algunas suegras, sin embargo, no quieren mandar en la cocina en su día. Por eso prefieren escoger un restaurante. Suele ser un restaurante sin juegos para niños, donde los pequeños están particularmente inquietos y las suegras pueden dedicarse a criticar la crianza que les están dando.

En el día de la suegra las mujeres con hijos suelen resentirse con su marido. Pero puede ayudarlas entender que después de todo, ellas no lo parieron y no son más que una simple esposa.

Algún día, y esta es la ironía que determina toda esta tradición, las mujeres con hijos se convertirán en suegras. Ya sus hijos no les harán poemas tartamudeados ni portarretratos de pasta y poco las visitarán. Pero entonces, por un día al menos, podrán reinar despiadadas y vengar tantos años de ofensas sobre las nuevas generaciones de mujeres con hijos.